Según la Oficina Española de Patentes y marcas (OEPM), la marca es un signo que permite a los empresarios distinguir sus productos o servicios frente a los productos o servicios de los competidores. Éstas se protegen mediante títulos otorgados por el Estado y que confieren a su titular el derecho exclusivo de utilizarlos en el tráfico económico, e impedir a otros la utilización en España de los signos distintivos protegidos u otros idénticos o similares aplicados a productos o servicios idénticos o semejantes.
Muchas veces sucede que no se es consciente de la importancia que tiene la marca de un negocio, pero es la que nos permite distinguir nuestros productos y servicios de los de la competencia, es el rostro de la empresa. Por esto hay que ser muy meticuloso a la hora de escogerla y diseñarla pues en el mundo en que vivimos de prisas, rapidez…, la primera impresión es la que cuenta, una buena imagen, un buen nombre, llamativo y fácil de recordar es lo que cuenta en ese primer juicio del que puede llegar a ser nuestro cliente.
Una marca bien posicionada, con notoriedad en el mercado, da sensación de confianza al cliente, el cual se siente cómodo y confiado en que esa marca es la que le va a solucionar sus necesidades y que lo va a hacer satisfactoriamente. Cuando esto sucede, cuando se consigue crear ese “vínculo emocional” es cuando el cliente vuelve a usar la marca y la recomienda.
Todos queremos conseguir ese “vínculo emocional”, todos queremos que el cliente cuando tiene una necesidad, piense en nuestra marca. Por esto, sin ser conscientes en numerosas ocasiones, nuestra marca en el activo más valioso o uno de los más valiosos de la empresa, por consiguiente es lo que más tenemos que cuidar, mimar y hacer respetar en el mercado y esto se consigue solicitando el registro de marca a nivel nacional, comunitario o internacional.
¿Qué conseguimos registrando la marca? Pues que nuestra competencia directa o indirecta no pueda utilizar nuestra marca o una similar en el mercado, lo que a nosotros nos supondría pérdidas de clientes, de prestigio… Los clientes se sienten confusos, pierden la confianza en la marca y se les generan perjuicios. En definitiva pérdida de valor en el mercado.
Conseguimos que nuestra marca sea única e inimitable, que nuestro esfuerzo y trabajo se vea reflejado en ella y nuestros productos y servicios.
Esperamos que os haya resultado interesante y que os haya resuelto o sacado de posibles dudas que podáis tener.