El comercio internacional se remonta a la época en la que el medio de pago era el trueque, hace miles de años. Las personas intercambiaban sus bienes con otras personas en función de su propia producción. Los bienes eran utilizados como moneda de cambio para obtener otros productos.
Al principio, este intercambio se limitaba a personas de un mismo pueblo. Con el paso de los años el comercio empezó a desarrollarse y a extenderse por otros territorios hasta incluso a llegar a otros países. Con el paso del tiempo, el comercio fue evolucionando hasta llegar a ser lo que es hoy en día. Una forma de comercio impensable en los inicios.
En la actualidad, gracias al uso de Internet, es posible comprar cualquier producto en cualquier parte del mundo de una forma sencilla y rápida. Cada vez es más fácil adquirir prácticamente cualquier cosa sin movernos de casa. Y es que la tecnología ha evolucionado de una forma completamente impensable hace tan solo unos años.
Ahora más que nunca resulta mucho más sencillo que tanto pequeñas empresas como grandes empresas puedan vender fuera de su territorio. De forma que exportan sus productos a cualquier parte del mundo.
Al mismo tiempo, el aumento de la demanda de un determinado producto o servicio favorece la aparición de imitación, plagios o falsificaciones. De ahí la necesidad de registrar una marca para poder protegerla frente a estos problemas.
En un mercado tan competitivo como el que existe en la actualidad, la marca es el activo más valioso de una empresa.
Cuando una empresa quiere comercializar sus productos en el extranjero, a menudo surgen infinidad de dudas sobre si es necesario o no proteger una marca. La respuesta claramente es sí. Y más en un mundo en el que las copias e imitaciones están a la orden del día.
Pero hay determinados aspectos importantes que debes saber. Como profesionales de este sector, recibimos dudas sobre el registro de marcas para comercializarlas en el extranjero. ¿Es realmente importante proteger mi marca? ¿Qué debo hacer para proteger mi marca? ¿Cómo proteger mi marca para vender en el extranjero?
A continuación, te exponemos algunas de las dudas más frecuentes:
¿Es suficiente con registrar la marca en mi país para comercializarla a nivel internacional?
La respuesta es no. Los derechos sobre una marca quedan limitados al territorio en el que se ha realizado el registro. Y será necesario registrar dicha marca previamente en el país de origen para luego poder realizar los trámites posteriores para comercializarla en el extranjero.
Aunque es cierto que la mayoría de países proporciona una protección especial a marcas renombradas no registradas. De esta forma se pretende evitar que sean imitadas por terceros.
¿Cuándo se debe proteger una marca en el extranjero?
Es aconsejable proteger una marca en el extranjero cuando se esté realizado una actividad comercial en otro país o cuando se tenga intención de hacerlo. Así, esa marca, dispondrá de protección tanto en el propio país como en el ajeno ante cualquier disputa legal.
Además, proteger una marca en el extranjero implicará que ese producto llegue a ser reconocido y pueda ir creando su propia reputación.
Una vez protegida la marca en el extranjero, ¿durante cuánto tiempo tiene protección?
En la mayoría de los casos la protección tiene una duración de 10 años, aunque esta puede variar en función de la legislación de cada país. Una vez finalizado este periodo, la protección se puede ir renovando, según los periodos establecidos en cada país, tras pagar las tasas oportunas.
En España el registro dura 10 años desde la fecha de solicitud y se podrá renovar en periodos de 10 años.
¿Qué vías existen para registrar una marca en el extranjero?
Solo habrá que tener claro previamente en qué países necesitamos protección, qué productos y/o servicios queremos comercializar, etc. De esta forma podremos delimitar un territorio para proteger la marca en un determinado lugar.
Para realizar el registro de una marca se puede recurrir a tres vías: Vía nacional, vía regional y vía internacional.
Registro de marca nacional
En el caso de recurrir a la vía nacional, se adoptará el procedimiento establecido en el país en el que se quiera proteger la marca. En España se solicita a través de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
Registro de marca comunitario
Esta vía implica registrar un mismo producto al mismo tiempo en varios territorios cuando varios países forman una región. Hay diversos registros comunitarios en diferentes partes del mundo. Para un producto español cuyo mercado objetivo sea la Unión Europea, se puede solicitar la Marca de la Unión Europea, a través de la Oficina Europea de Propiedad Industrial (EUIPO, por sus siglas en inglés), que da protección a tu marca en los 27 estados que actualmente integran la Unión Europea.
Registro de marca internacional
Para recurrir a esta vía el país de origen de la empresa deberá pertenecer al Sistema de Madrid. No hay más que designar los países que quieres incluir en la protección de tu marca, abonar los costes correspondientes y automáticamente quedará registrada en todos ellos. Se solicita a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés). Permite administrar marcas en varios países mediante una solicitud única y puede ampliarse a otros países inicialmente no designados cuando sea necesario.
En definitiva, registrar una marca permite protegernos legalmente, ayuda a crear una imagen de marca y a crear una estrategia de marketing más efectiva. En Legismark estaremos encantados de asesorarte y ayudarte en todo el proceso para registrar una marca para poder comercializarla tanto en España como en otros países.
